La verdad es que me siento abrumada en ocasiones, por la confianza que ponéis en mi, y para muestra mi amiga Mª Jesús, que por cierto debe llevar esperando que haga esta entrada desde por lo menos un mes. Bueno, pues por fin he conseguido terminar con las galletas de comunión que me han pedido y normalizar en cierta manera mi vida. Me voy a dejar de tanto rollo que aún no he comenzado a contaros la historia tan bonita que envuelve la entrada de hoy.
Feliciano y Mari son los padres de mi amiga Mª Jesús, pues bien el 16 de Abril celebraron sus bodas de Oro, cincuenta años juntos, se tarda poco en decir, pero es toda una vida.
Mi amiga, que tiene mucha "fe" en mí, me encargo una tarta para ese día tan especial. Lo único que me pidió es que llevara las figuras de sus padres. Yo he realizado en otras ocasiones figuras de pasta de goma, pero nunca para una fecha tan sumamente importante...¡Menuda responsabilidad! Me quitaba el sueño no hacerlo bien, o que se pudieran romper en el transporte, pero afortunadamente llegó a la celebración sin contratiempos (Mª Jesús, eres un hacha).
El papel estelar, lo desempeñarían las figuras del matrimonio, pero de alguna manera había que completar la tarta sin quitarles protagonismo. La solución que se me ocurrió fue realizar una moña de la que saldría un cordoncillo con dos placas, en una pondría el número 50 y la otra tendría dos anillos entrelazados, una en marfil y la otra en azul, para homogeneizar toda la tarta.
Hablemos de la pieza principal de la tarta, las figuras de los contrayentes, daría para una entrada separada, pero vamos a por ello.
Están realizadas con fondant de azúcar, al que se le añade CMC, para lograr que pierda la humedad y pese menos. Cuatro días antes teñí el fondant en los colores que iba a utilizar: gris, color piel, morado, amarillo, negro, marrón y azul, añadí el polvo de CMC (Carboxi-Metil-Celulosa), poniéndolo a reposar toda la noche.
Al día siguiente comencé a modelar, primero las piernas, luego los troncos, brazos, manos, las cabezas, (las orejas, la nariz y los ojos por separado), dejándolo secar. Esta es la parte más importante ya que si no está todo bien seco luego no se pueden unir para formar la figura ( se pegan con pegamento comestible). Las piernas, se colocan en la posición que vayan a llevar con un palo de brocheta pinchado, así se dejan secar durante el tiempo que se pueda.
El siguiente paso es vestir a las figuras, Feliciano llevaría un traje gris, con camisa blanca, corbata y pañuelo azul haciendo juego, lo más elegante posible. Mari, guapísima, vestido entallado en morado con falda de vuelo, y zapatos con tacones haciendo juego, sin olvidarnos de como ella misma me decía sus "inseparables perlas".
La postura, también me hizo pensar mucho, yo quería que se cogiesen de la mano y que Mari, muy femenina ella tuviera las piernas cruzaditas. Parece fácil amigos, pero si os cuento que se realizan por separado y que luego se juntan...entenderéis la dificultad, verdad?. Pues bien, las hice, vestí y peiné, preparé un cojín como los de las ceremonias de las iglesias en color rubí con los flecos dorados y...llegó el momento de colocarlas en la tarta.
Finalmente, vinieron a casa a por ella Mª Jesús, su marido Jorge y sus tres hijos Bárbara, Alejandra y Rodrigo. Detalle curioso fue el comentario del parecido de las figuras con los homenajeados. Esto no habría sido posible sin el dibujo hecho por Bárbara de sus abuelos que me hizo llegar su madre, gracias Bárbara eres muy buena fisonomista, con ayudas así da gusto.
La tarta llegó a Becerril, lugar de la celebración, como ya he dicho gracias a la habilidad de mi amiga y al santo que las protege. Y por fin a los postres de la comida se la entregaron. Según me cuenta Mary fue toda una sorpresa, llena de alegría e ilusión. Me comenta que han conservado las figuras y que cada día descubren un detalle nuevo; las alianzas en las manos derechas... etc.
Por lo tanto es una tarta repleta de afecto y cariño desde su encargo hecho con una ilusión tremenda, la elaboración con la participación de su nieta y la acogida por parte de los novios, que no se lo esperaban y se sintieron muy identificados.
Me llena de satisfacción poder realizar cosas que luego hacen feliz a la gente. En ocasiones me siento abrumada por como he dicho antes la confianza que en mis posibilidades tienen personas como Mª Jesús, pero desde luego quien me conoce bien, sabe el empeño y el cariño que pongo en todo lo que hago. Gracias amiga, gracias por confiar en mí. Gracias y enhorabuena a vosotros, Mari y Feliciano, lo he hecho lo mejor que he sido capaz y con toneladas de afecto.